miércoles, 5 de febrero de 2014

Lejos de aquí.

<< Y quiero irme lejos, muy lejos, a un lugar donde la gente no sepa mi nombre, donde no me juzguen por mis defectos, donde me miren como a una persona más de este estúpido planeta.

¿Y por qué no puedo marcharme ya a ese lugar? ¿Por qué no puedo salir corriendo de aquí? Si mientras escribo esto en algún sitio del mundo está anocheciendo, y en otro el sol está comenzando a alumbrar un nuevo día. ¿Por qué tengo que quedarme viendo caer la lluvia? Si en otros sitios la primavera ha llegado y se siente su calidez en la piel. El tiempo no espera a nadie, ni siquiera a mí ¿por qué tengo yo que esperar para huir?  >>

viernes, 3 de enero de 2014

Necesito que me echéis una manita.

Se me ha ocurrido algo diferente para escribir esta vez. Puede que este sea el comienzo de una pequeña historia que escribiré en caso de que guste. He optado por el tema del amor entre personas del mismo sexo para apoyar la homosexualidad. Tomad esto como un simple boceto, una ideilla de lo que vendrá después. Así que agradecería que cualquier persona que lea esto me dé su opinión sea buena o mala, lo acepto todo. Para facilitar el anonimato y la libertad de expresión os dejo aquí el link de mi ask en el cual se pueden realizar comentarios y preguntas de forma anónima. http://ask.fm/NoeOkCat
 Usadlo por favor,que no cuesta nada y necesito opiniones. :,(...
 
Y aquí va el pequeño fragmento:

No sabía que extraño impulso la llevó a presentarse frente a su puerta. Ni siquiera sabía si debía sentirse eufórica por volver a verla o aterrada por su reacción, las sensaciones originaban una mezcla explosiva debido a la adrenalina que corría por sus venas. El corazón le palpitaba tan fuerte que parecía estallar en el interior del pecho. Marcó su número en el teléfono y espero tres tonos hasta que su voz se hizo oír:
-¿Sí?
Con la voz algo temblorosa por la emoción de pensar que tras una de las ventanas estaba ella y pronto la tendría delante respondió:
-Soy yo, estoy en la puerta de tu casa.
Los primeros pensamientos que acudieron a su mente al pronunciar esas simples palabras que llevaba planeando todo el viaje en el autobús fueron preciosos, ella se sorprendería y bajaría inmediatamente a abrirle la puerta y lanzarse a sus brazos, por fin volvería a tenerla a su lado aunque fuera unos instantes y podrían hablar y aclarar las cosas entre ellas, sin embargo lo que escuchó al otro lado de la línea telefónica fue muy diferente a sus expectativas:
-¿Estás mal de la cabeza? ¿Cómo se te ocurre presentarte así? Mis padres están en casa, no puedo hacer nada.
Por un segundo le faltó el aire, luego fue expulsado todo de golpe, absolutamente todo, se sintió vacía, hueca y rematadamente estúpida. Era cierto, probablemente se había vuelto loca ¿quién en su sano juicio cogería dos autobuses sin avisar para ver a la persona que realmente quiere aunque esta no parezca sentir lo mismo? Nadie, nadie destruiría sus sentimientos de una forma tan tonta y voluntaria. Y a pesar de todo allí estaba. Una vez más, arrastrándose, intentándolo todo para que ella estuviera a su lado, haciendo lo imposible para que la situación volviera a ser lo que había sido hasta hace unos meses.
En algún momento las lágrimas habían empezado a descender por sus mejillas silenciosamente y se dio cuenta de que ella seguía al teléfono esperando una respuesta. ¿Qué respuesta cabe esperarse después de semejante cuchillada al corazón?
-Sí…es cierto…debería haberlo pensado mejor…adiós.
Y colgó.
Únicamente las separaba un muro. Seguramente estaría en su cuarto con cara de incredulidad, mientras ella se había quedado petrificada en la calle, esperándola.
La cercanía de ambas le dolía tanto, la abrasaba por dentro la necesidad de derribar la puerta que las separaba, todo en su interior se agitaba presa del dolor. Se dio media vuelta y empezó a correr calle abajo hacia la estación de autobuses.

martes, 24 de diciembre de 2013

24/12/13

Esta entrada del blog va a ir dedicada a mi hermana para que en un futuro pueda leerlo y sonría.
Para aquellos que lleguen a leer esto les diré que mi hermana actualmente tiene siete añitos y para mí es una pequeñina muy valiente. Con tan solo seis meses y medio tuvieron que sacarla del vientre de mi madre, era tan chiquitina que cabía en la mano de una persona adulta. Pasó mucho tiempo en una incubadora para poder hacerle frente al mundo que le esperaba fuera, y lo hizo. A pesar de todos los problemas que tuvo para estar en este mundo lo consiguió. Este año los médicos le han dicho que tiene problemas de crecimiento, que si no hacemos algo se quedará más pequeña de lo usual, y la única solución es administrarle todas las noches una vacuna con las hormonas necesarias para que tenga un desarrollo normal durante siete años.

Comparando con los problemas de muchas personas esto parece una minucia, al fin y al cabo solo es un pinchacito. Pero para mí que la he visto llorar de miedo al tener que ponerle todas las noches sus vacunas no es un problema tan pequeño, aún menos cuando el proceso se va a repetir por siete años. A todo el mundo le duelen sus seres queridos. A muchos de pequeños nos han dado miedo las agujas, y mi hermana ha tenido que superar su miedo para poder hacerse mayor. Y es por esto que es la pequeñina más valiente a mis ojos.

Caídas.

Y caí, otra vez. Caí tan profundo que creí que no podría volver a levantarme. La caída tuvo un gusto amargo y el impacto fue devastador. Sentí con incredulidad que mis fuerzas ya no respondían, como si se hubiesen marchitado igual que lo habían hecho mis esperanzas. La sensación era como si estuviera en medio de una habitación vacía, la única ventana que hay está cerrada, y poco a poco todo empieza a inundarse.  Se inunda de todas aquellas lágrimas derramadas y no advertidas, de todos esos gritos en soledad que no fueron escuchados, de todas las súplicas de las que no se preocupó, de la horrible sensación de que no le importa en lo más mínimo todos estos sentimientos que ahora están a punto de ahogarme. Cuando crees que ya está todo perdido llega alguien que rompe el cristal de la ventana y deja que todos esos sentimientos que te atormentaban salgan al exterior, te presta sus manos para que te levantes y te alienta con mensajes de ánimo para que sigas adelante. Y lo haces, sacas las fuerzas de cualquier sitio para volver a ponerte en pie y hacerle frente a todo eso que un día te hizo tanto daño. No lo dices con furia, ni con rencor, tan solo pena, pero lo dices “Adiós”.

martes, 17 de diciembre de 2013

¿Nosotros?


-¿Y nosotros?

-¿Nosotros? Nosotros somos pasado. Somos recuerdos. Somos un “pudo ser pero no fue”.

- Pero…

-¡Ya basta! ¿Acaso no tuviste suficiente con jugar conmigo como lo hiciste? Pasé noches pensando lo precioso que sería volver a tenerte entre mis brazos, poder sentir de nuevo tus labios sobre mi piel, esas sonrisas iluminadas en la oscuridad de la habitación a altas horas de la madrugada, despertar y encontrarte a mi lado, tener la oportunidad de despertarte dándote besos hasta que abrieras los ojos. Lo he echado muchísimo de menos ¿sabes? Tanto que dolía. Sentía un vacío inmenso en el pecho cada vez que pensaba en ti, cada vez que me preguntaba que estarías haciendo en ese preciso instante, cada vez que llorando le suplicaba a una estrella que te trajese a mi lado. Pero…tú nunca te paraste a pensar en el caos que desataste en mí ¿verdad? Mientras yo sufría estúpidamente a ti te daba igual, no sentías lo mismo, o lo que era peor, no me dabas ninguna respuesta concreta, todas eran un “puede…” y las posibilidades son las que más daño hacen. Hoy solo quiero pedirle  perdón a mi almohada por las lágrimas y las noches en vela, a mi mente por agotarla con tu nombre, y a mis esperanzas por destruirlas sin miramientos en una misión suicida. No. Me cansé. Esto no lleva a ninguna parte, y ahora que he tomado la decisión de seguir adelante vuelves y me preguntas por nosotros. ¿Hubo un nosotros alguna vez?

- Bueno, yo…

-No respondas. Buena suerte y adiós.


Nobody is gonna tell me I can't.


No necesito que nadie me diga “No puedes hacerlo”.
Lo siento, esos comentarios no me sirven de nada, ni siquiera para hundirme el ánimo. Donde tú ves  un “no” yo veo un “inténtalo o se quedará en un quizás”. No existe el no en mi vocabulario a no ser que lo utilice para decirte que no puedes decirme que no puedo. Es sencillo. Soy yo, son mis ilusiones, y lucharé por ellas, puede que logre mis metas o puede que no, pero ¿sabes  qué? Seré feliz intentándolo, y así mañana podré decir “Lo intenté y no me arrepiento.” 



miércoles, 11 de diciembre de 2013

11.12.13

Seguro que no soy la única que ha visto imágenes como esta hoy.
Es cierto, un día como hoy no se volverá a repetir. Pero... ¿acaso alguno se repite? ¿Qué tiene de especial este día que lo haga mejor que los otros? Todos los días cuentan, da igual el número que tengan, cada día puede ser "el día". Alguien habrá dicho "¡Vaya! Son números consecutivos, eso debe significar algo." No tiene porqué. Se trata de hacer que todos los días sean especiales por lo que somos,no por lo que unos números indiquen.